ESCRIBE ASÍ:
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Voz de lista de NO HAY DERECHO
El cuestionamiento de la calidad educativa ya no es un tema coyuntural; esta preocupación ha sido, y al parecer, seguirá siendo uno de los más difíciles de franquear; y sin embargo, a pesar de su trascendencia, casi nada se ha hecho para revertir tal situación, sobre todo en la educación pública.
Las soluciones sólo se han quedado en los discursos de la “buena educación”; en el pedido que sea efectiva y que comprometa proporcionar a los alumnos capacidades y competencias para un desempeño eficiente, honesto y responsable. Pero, como dije anteriormente, toda solución se queda en un buen discurso.
El principal problema que tenemos los universitarios al concluir los seis años de estudio, es que al parecer de nada nos valió el haberlos hecho si nuestra universidad, y específicamente nuestra facultad, no está ACREDITADA. Y digo esto porque al no estarla, nada garantiza la validez del título que obtenemos en el futuro, con todo lo que ello supone, el respaldo oficial para la inserción laboral y el reconocimiento de nuestros estudios, ya sea en nuestro país o en el extranjero. ¿Qué es entonces la acreditación?
Comúnmente la palabra acreditar significa dar crédito o reputación a algo, pero en un lenguaje técnico, acreditación es el proceso por el que se busca comprobar que la institución por acreditar desarrolla sus actividades en función de un plan estratégico, certificando periódicamente el cumplimiento de estándares mínimos de calidad establecidos previamente. Es pues, la acreditación, un mecanismo que permite a las instituciones de educación superior autoevaluarse periódicamente, realizar las correcciones necesarias para asegurar un servicio educativo de calidad.
Este complicadísimo proceso de acreditación universitaria (y digo complicadísimo porque de veras lo es) tiene tres etapas, a saber:
1. Evaluación interna o autoevaluación; que es cuando la propia institución se evalúa según estándares mínimos de calidad.
2. Evaluación externa; que es realizada por académicos designados por la instancia competente para poder comprobar la objetividad y veracidad de la autoevaluación hecha previamente y, finalmente;
3. La toma de decisiones; efectuada por la entidad encargada de la acreditación, que puede considerar la acreditación por seis años, por tres años o la no acreditación.
Las Facultades de Derecho del país, en el IV y V Seminario Nacional “Evaluación y Acreditación de las Facultades de Derecho”, fijaron, entre los objetivos más importantes, establecer el proceso de evaluación y acreditación de la formación del Abogado y aprobaron el documento “Estándares para la Autoevaluación con fines de Acreditación de las Facultades de Derecho”, el mismo que establece, entre otros puntos: la adecuada organización académica, sílabos correctamente elaborados, evaluación de la plana docente, reglamento de evaluación del estudiante, existencia de ambientes de lectura, consulta bibliográfica, bibliotecas actualizadas, disponibilidad y capacidad de la infraestructura física y equipamiento, y el funcionamiento de unidades de investigación.
Como podemos ver este proceso no sólo involucra a la autoridad, sino que todos somos partícipes, profesores, alumnos, personal administrativo y egresados; depende de todos para llegar a esta titánica meta. Somos conscientes de que la acreditación no se dará ni en uno, ni en cinco años y que, al contrario, es una tarea a muy (muy) largo plazo, que requiere organización, verdadera voluntad y compromiso. Pero no podemos seguir postergando dar el primer paso rumbo a la autoevaluación, como por ejemplo (algo que urge comenzar de inmediato) la vigilancia de la elaboración y cumplimiento de sílabos, de la carga lectiva y no lectiva, y claro, como estudiantes, informarnos, discutir y ahondar en el tema.
Muchos no sabemos que la Universidad cuenta con una Oficina de Autoevaluación y Acreditación; y es más, que la Facultad de Derecho también cuenta con una Comisión que lleva el mismo nombre, y que al parecer, aún no ha iniciado su labor, por lo menos no de manera efectiva y eficiente.
Muchos no sabemos que la Universidad cuenta con una Oficina de Autoevaluación y Acreditación; y es más, que la Facultad de Derecho también cuenta con una Comisión que lleva el mismo nombre, y que al parecer, aún no ha iniciado su labor, por lo menos no de manera efectiva y eficiente.
Lo más probable es que terminemos la universidad sin que nuestra facultad esté acreditada, es cierto, pero podríamos contribuir al inicio. Repito, este es un largo proceso en el que, no lo dudemos, un diminuto paso puede significar un gran avance.
IMPORTANTE: La tarea es complicada, pero no imposible. Ya algunas facultades de la UNSA han dado, o están dando el primer paso, aunque con serios problemas de inoperancia administrativa (sin descontar el grado de corrupción al que hemos llegado): la autoevaluación la inició la Escuela de Ingeniería Civil, en tanto que Psicología y Educación están en proceso, mientras que Medicina, que ya nos lleva varios cuerpos de ventaja, trabaja en la acreditación internacional. Así que el reto está planteado.
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5 comentarios:
Yo también creo en la acreditación...saludos Jaqui....muy buena chica, muy buena candidata.
si, eso es algo que estamos dejando de lado, mientras otras universidades ya estan hablando del problema, nosotros no hemos pensando en nada, en buena hora que tocasel tema, un tema del cual nadie tiene informacion basica. felicitacion, chicos tienen mi apoyo, y ni hablar de la huelga de hambre que hicieron para sacar a los porfesores plagioadores, los felicitamos chicos adelante, tienen mi voto
hoy me sorprendió ver tu nombre como candidata wow, quien lo diria! pero es bueno saber que personas como tú se interesen en política,debo decir que eres una persona muy correcta y justa, esa fue la primera impresión que me diste. desempeñarías una buena función puedo asegurarlo, aunq no conozco muy bien a los demas candidatos, debe ser un buen equipo, por eso decidiste formar grupo con ellos. no escribiré mi nombre, pero ya debes saber quien soy. muchos saludos jacquie.
En el caso de la UNSA la acreditación es un problema muy difícil de resolver, la cultura imperante es anacrónica y corrupta. Es algo mas grande que tener voluntad, es inversión, cambio cultural y capacidades en autoridades, profesores, empleados y alumnos que no tenemos. De por sí el tema resulta confuso por la interpretaciones antojadizas de “académicos”, “gestores” y otros miembros de la comunidad “universitarias” que por respeto a sus títulos no se han dignado leer ni interpretar la legislación vigente (por favor lean los dispositivos legales al respecto y si tiene tiempo la documentación pública sobre acreditación). La calidad educativa (el tema de fondo de la acreditación) no son formularios, documentos o voluntades. Es como discutir de los trámites para que recibir el “cartón” y no hablar nada de toda la organización administrativa, pedagógica, evolutiva de los años de carrera. La Universidades particulares están lista para la acreditación, la Universidades Públicas están en el punto de decidir cuando empiezan su autoevaluación..... la cúal dará como resultado que .... con 4 carpetas están formado profesionales... indmisible. La autoevaluación establecerá que tan lejos (lejjjjjjos) estamos de obtener una acreditación.
Hola...primeramente quiero felicitarte por haber
escrito éste artículo, es muy importante que todos nosotros como estudiantes estemos bien informados del tema de la acreditación... pero especialmente te escribía para animarte a ser parte de esta gran labor como tu tbm la calificas que es iniciar el proceso de acreditación en nuestra facultad, y te invito como integrante estudiantil de ésta comisión que llevará adelante éste gran reto... el gran reto de cada uno de nosotros- ¡no de todos!- como decía Borgues.
Un abrazo, saludos a cada una de los que forman no hay derecho...
Tenemos que ayudarnos y sera posible..
Hasta pronto
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